Sana Autoestima: Si me quiero yo, quien entre en mi vida me querrá bien.

Hablaremos de cómo puedes aprender a trabajar en tu autoestima y en tu amor propio, y ser capaz de cultivar una sana relación contigo mismo y con los demás.

María Rojas-Marcos

10/10/20254 min read

¿Qué tienen en común todas las relaciones de amor o amistad que no acabaron bien?
Pues no siempre fueron malas desde el principio. Muchas empezaron con ilusión, risas, promesas. Pero algo dentro de ti, quizás una voz que no supiste escuchar, ya sospechaba que no estabas recibiendo lo que merecías.

Y es que las relaciones no se construyen solo con amor a los demás: se sostienen también con una sana autoestima.
Cuando no hay un sano amor prpio por cualquiera de as dos partes se generarán relaciones toxicas o de dependencia.

Falta de reciprocidad, de límites sanos, de sinceridad, respeto o falta de un diálogo constructivo que mejore o haga crecer la calidad de la relación o el vínculo.

1. El amor propio es tu sistema inmunológico emocional

Quererse a uno mismo no es vanidad. Es salud mental si eres capaz de ser honesto y humilde contigo no será una defensa desvirtuada de las que infla el ego.
No significa pensar que eres perfecto, sino saber que no tienes que demostrar tu valor, ni que mereces ser amado, porque te das cuenta que nadie vale más que nadie y dejas de jugar a ese juego tóxico de superior-inferior, dándote cuenta que el valor y el amor propio se cultiva, cambiando tu forma de verte y dejando de jugar a ese juego tóxico.

Cuando tienes una buena relación contigo:

  • Te hablas bien.

  • Tienes empatía contigo.

  • Te apoyas.

  • Ta animas.

  • Te cuidas.

    .......a pesar de ser imperfecto/a, de meter la pata a veces, de no destacar en nada así especialmente.......

    porque sí eres especial para los que te conocen y quieren.

Tu autoestima se convierte en un filtro: lo que no encaja contigo, no pasa.
Como una casa bien cuidada, con cerraduras sanas y ventanas limpias. Si tú te sabes querer, no dejas entrar o no te conformas con alguien que no te sabe querer.

2. ¿Eres tu refugio o tu juez?

La mayoría de las personas viven con un crítico interno que no perdona.
Se juzgan, se comparan, se repiten que no son suficientes. Ese diálogo, muchas veces heredado de la infancia o de relaciones pasadas, se vuelve su realidad interna.

Y si tú eres tu peor juez, entonces:

  • Aceptarás relaciones que confirmen esa voz.

  • Te sentirás culpable por poner límites.

  • Dudarás de ti cada vez que algo no funcione.

Ejercicio rápido:
Escribe cómo le hablarías a alguien que amas si cometiera un error. Luego escribe cómo te hablas tú en situaciones similares. ¿Notas la diferencia?

El amor propio empieza ahí: en convertirte en un lugar seguro para ti mismo.

2. Ahora completa esta frase:
🖊️ “Si yo me quisiera un poco más, hoy haría menos de __________ y más de __________.”

3. Para cerrar:
Escríbete una frase de aliento como si fueras tu mejor amigo.
(Ejemplo: Estoy aprendiendo a cuidarme, y eso también es amor.)

Guárdalo, hazlo con calma, y vuelve a él cada vez que sientas que te estás olvidando de ti.

🧠 Ejercicio breve: Tu relación contigo
💌 ¿Y si te cuidas un poco?

Instrucciones:
Tómate 3 minutos. Respira hondo. Escribe sin juzgarte.

1. Pregunta clave:
👉 ¿Cómo me estoy tratando últimamente?
(Como alguien que merece amor… ¿o como alguien que tiene que ganárselo?)

3. La herida elige por ti si tú no eliges primero

Si te criaste sintiendo que no bastaba con ser tú para recibir amor, es posible que hoy sigas buscando validación en el lugar equivocado.
Y no es porque no lo sepas, sino porque la herida aún manda.

Estas son algunas formas en que las heridas no sanadas se infiltran en tus relaciones:

  • Herida de abandono → te aferras a quien no te elige.

  • Herida de traición → desconfías incluso del amor real.

  • Herida de humillación → aceptas burlas como si fueran bromas.

  • Herida de desvalorización → dudas si mereces algo mejor.

Pero no estás condenado a repetir.
La clave está en escuchar tu historia con compasión y empezar a preguntarte:

¿Esta decisión la toma mi miedo… o mi amor propio?

4. Así se siente una relación sana

Una relación sana no significa perfecta.
Pero hay algo que nunca falta: paz emocional.

En una relación sana:

  • No tienes que mendigar atención ni afecto.

  • Puedes ser tú sin sentir que caminas en puntillas.

  • Hay espacio para hablar, para equivocarte, para crecer.

  • Nadie usa tus heridas en tu contra.

  • Te sientes acompañado, no evaluado.

Cuando te quieres, reconoces estas señales. Y si no están, no te quedas esperando a que aparezcan.

5. Cultivar el amor propio: una práctica diaria

No hay amor propio sin práctica.
No se trata de afirmaciones en el espejo ni de frases de Instagram. Se trata de hechos concretos. Como estos:

Háblate con respeto

No todo lo que piensas de ti es cierto.
Revisa tu diálogo interno como revisarías un armario lleno de cosas viejas: deshazte de lo que no te hace bien.

🧱 Pon límites sin culpa

No estás siendo egoísta, estás siendo claro.
Un “no” a tiempo puede ser un “sí” a tu salud mental.

🔋 Cuida tu energía

Descansa. Come bien. Duerme. Rodéate de gente que te nutre.
El amor propio también está en lo físico: en no agotarte por sostener a los demás mientras te dejas caer.

🎯 Conócete para no traicionarte

Pregúntate: ¿qué quiero realmente? ¿qué me hace bien? ¿qué no quiero repetir?
El autoconocimiento es la brújula que te impide perderte en relaciones ajenas a tu camino.

Conclusión: el vínculo más importante es contigo

A veces creemos que si encontramos a la persona adecuada, todo encajará.
Pero no se trata de encontrar a alguien que te quiera bien para quererte tú.
Se trata de quererte tú primero, para atraer —y elegir— a quien también lo haga.

Y si ahora mismo estás solo, no significa que estés incompleto. Significa que estás construyendo tu base. Que estás afinando tus ojos para ver más allá de las promesas, los gestos vacíos o las repeticiones de tu herida.

Porque cuando tú sabes quién eres y cuánto vales…
ya no aceptas menos.
Ya no persigues amor: lo cultivas.